Las aves y el vino, un maridaje amplio
Las aves pueden prepararse en una gran variedad de recetas, todas ellas dispuestas a compartir la mesa con un exquisito vino que realce sus cualidades. El secreto es la armonía del sabor y el aroma, sin que ninguno opaque al otro.
¡Así es! Maridar las aves con un buen vino no es una opción que esté limitada únicamente a los blancos. Muchos espumosos y tintos cuentan con las características que se requieren para servirse en la mesa junto a las mejores recetas elaboradas con estas carnes.
La realidad es que, de hecho, maridar las aves en general es bastante sencillo. El secreto consiste en prestar atención a la receta y los acompañantes del ave para que nuestra selección sea la más acertada.
Desde luego, es fundamental que tanto los sabores como los aromas del vino y el plato se acoplen, fundiéndose y ofreciendo una experiencia única para los sentidos. Esto significa que ninguno debe jamás opacar al otro, sin que, por el contrario, se complementen.
Aderezo y guarnición
Una de las cosas que debemos tener en cuenta para que nuestro maridaje sea exitoso, es el acompañamiento que tendrá el ave. Esto influirá directamente en nuestra elección. Por ejemplo, si se trata de una receta con sabores simples, el vino a elegir es suave y ligero.
Si, por el contrario, se trata de una receta elaborada, con condimentos e ingredientes que ofrecen una mayor gama de sabores, se requeriría un vino con cuerpo y estructura, de preferencia carnoso.
Un ejemplo sencillo lo encontramos en una receta de ave que contenga variedad de hierbas aromáticas, y sabores cítricos. En ese caso, buscamos un caldo fresco y ligeramente ácido. Elegimos algo como El Jardín De La Emperatriz Blanco, un vino joven que apenas cuenta con dos meses de crianza.
El tipo de ave
Desde luego, algunas aves tienen mayor contenido graso que otras. Esto también ayuda a determinar cuál de los vinos ofrece un mejor maridaje. Si la receta incluye aderezos y salsas con sabores dominantes, hay que encontrar el equilibrio adecuado.
Por lo general, si las aves son de sabores más fuertes, como el pato, se busca un maridaje con uvas Monastrell. Ahora, las pequeñas, de caza, por decir la perdiz, merecen vinos tintos, pero con menor dominancia. Un ejemplo sería un Tempranillo como el Alma Tobía, un tinto fresco, afrutado y elegante.
Finalmente, hay que mencionar que un buen Cava, especialmente un Brut Nature Reserva, tal como el Alta Alella Mirgin Rosé, puede fácilmente cumplir con las exigencias de estos platos poderosos, sin dejarse opacar.