Los cavas y vinos blancos y rosados, compañeros perfectos para los crustáceos
Los crustáceos, como el centollo o la langosta, son perfectos para combinarlos con los espumosos o el vino blanco. Especialmente por sus cualidades ligeras, aromáticas y refrescantes que van de la mano con estas delicadas carnes blancas.
Los crustáceos se caracterizan por tener un esqueleto o carcasa que cubre la carne. Esta puede ser suave y delicada o un poco más fibrosa. En todo caso, su sabor es único y exótico, por lo que al momento de maridarlo con el vino correcto, es imperativo tomar en cuenta sus características para no restarle protagonismo, sino, por el contrario, afinar la degustación.
Los cavas, champagnes y espumosos suelen ser la primera opción, ya que sus aromas aportan personalidad al plato. Por otro lado, su sabor de acidez equilibrada y refrescante, acompañado de las divertidas burbujas, son suficientes para despertar el paladar y prepararlo para recibir la receta que hayamos propuesto para nuestro crustáceo.
El centollo
Este crustáceo ofrece una carne ligeramente fibrosa, con un sabor de toques dulzones y cremosos. Es perfecto para elaborar platos elegantes, que acompañan muy bien con un buen champagne. Nosotros recomendamos, dependiendo de la preparación, maridar el centollo con un Alfred Gratien Brut, simplemente excelente.
La langosta
Un crustáceo que se caracteriza por tener una carne delicada, suave y muy fresca. Mantiene un gusto ligeramente salado que recuerda al mar de donde proviene. Existen muchas formas de preparar la langosta, pero por lo general, en casi cualquier caso marida idealmente con un buen vino blanco, como puede ser cualquiera de la denominación de origen Rueda.
La jaiba
El sabor de la jaiba es sutil, con un toque dulzón que la hace perfecta para acompañarla con un vino blanco de notas afrutadas marcadas, algo que el Chardonnay ofrece a la perfección. Otra opción excelente es el Sauvignon Blanc, siempre que sea seco y con buena acidez y toques minerales.
Gambas o camarones
Se trata de los crustáceos más populares y variados del mundo. Por supuesto, esto abre la puerta a una gran cantidad de recetas que irán acompañadas con distintos tipos de vino, eso sí, siempre blancos o rosados, los más recomendados para este tipo de crustáceos serían los Albariños.
Un clásico son los cocteles de camarones, servidos con un elegante vino rosado, que se acopla perfectamente desde el mismo color. Si además el caldo es seco y refrescante, la armonía con el sabor del plato se basa más bien en su contraste, por el gusto dulzón de la carne. ¿Qué te parece una propuesta con un exquisito Alta Alella Mirgin Laietà Rosé? Te aseguramos que será una experiencia inolvidable.