Elegir un buen vino para acompañar tus embutidos en la mesa
Como bien sabemos, los embutidos son una variedad de carne a la que se le añaden diferentes especias y condimentos, y que por lo general contienen un elevado nivel de grasa. Se elaboran a partir de cerdo, aves o carnes rojas.
Estas carnes pueden pasar por procesos de curación que hacen sus sabores más o menos dominantes, conteniendo además una gran cantidad de sal. Esto responde a una tradición, en la cual la intención era conservar este tipo de alimentos por mayor tiempo.
Desde luego, hoy en día sus sabores son una verdadera delicia y en algunos casos, una exquisitez. Por supuesto, siempre acompañados de un buen vino que complemente estas cualidades y le dé a la velada el toque que hace falta para convertirla en un momento único e inolvidable.
Vinos que maridan con embutidos
Al igual que sucede en otras ocasiones dentro del mundo del vino y la gastronomía, el maridaje con los embutidos va a depender del tipo de carne con la que estos son elaborados. Ahora bien, también es fundamental tomar en cuenta la cantidad de grasa, ya que en ese caso, esta puede requerir vinos con un alto nivel de acidez para limpiar el paladar.
Aunque en líneas generales, se suelen servir los embutidos con vino tinto, dado estas características, la verdad es que hay ocasiones en que los vinos blancos o rosados van perfectamente en la mesa. Te contamos algunas recomendaciones para que puedas triunfar con tus invitados.
Vino tinto
Como ya mencionamos, suele ser el más recomendado. Va excelente con jamones europeos, especialmente los que pasan por un proceso de maduración, por ejemplo, el Serrano, el Prosciutto o el Westphalie. Para ellos, lo recomendable es un vino tinto de cuerpo medio. Un buen vino de la variedad de uva Merlot sería ideal.
Lo mismo para la mayoría de las salchichas y las longanizas, especialmente las elaboradas con sangre. Aunque en este caso, el vino que se recomienda es más bien con cuerpo estructurado, de aromas especiados fuertes, y si tiene notas picantes, aún mejor. Uno de las variedad Syrah es quien lleva la delantera en esta ocasión.
Finalmente, los embutidos elaborados a base de hígados, lengua y otras partes menos comunes, suelen estar más cargados de sabores fuertes y grasas. Por ello, el vino tinto que los acompañe en la mesa debe ser rico en taninos, estructura y con carácter. ¿Qué tal un vino de uva Cabernet Sauvignon?
Vino blanco y rosado
Ahora bien, algunos embutidos son ideales para maridar con un buen vino blanco o uno rosado, con estructura. Por ejemplo, aquellos que en lugar de pasar por un proceso de cura, han sido cocidos.
En este caso su sabor es un poco más ligero, por ejemplo, los jamones de aves como el pollo o el pavo. También los desgrasados que presentan menos grasa.