Abrir boca con un buen vino y unas gambas
¿Estás planeando un entrante o un plato de marisco, pero no sabes con qué vino acompañar las gambas? Este es un maridaje del que merece la pena hablar en las semanas previas a fechas señaladas como las vacaciones de verano, o la Navidad. Qué mejor manera de empezar la noche que con un buen vino y unas gambas.
Las gambas son de carne ligera y deben ser maridadas con el vino adecuado. Hay diferentes tipos de gambas, aunque las más consumidas son la gamba rosa (gamba bouquet) y la gamba gris (gamba común), con las cuales el vino rosado y blanco son los ideales.
Elegir el vino adecuado para las gambas
Las gambas se pueden utilizar para preparar brochetas con hierba de limón o un curry exprés con almejas. Su carne se mantiene firme y sabrosa, incluso después de un tiempo en el congelador.
Es importante tener cuidado de no distorsionar su sutil sabor sirviendo un vino demasiado fuerte, pues dominaría el partido y opacaría los sabores de las gambas.
Carne delicada, bocados pequeños y un sabor yodado: las gambas, se sirven mejor con vinos blancos vivos y afrutados que resalten su finura de sabor. Es una oportunidad para revisar sus clásicos, sirviendo un Chardonnay, que dará unos toques especiales de vainilla y almendras.
El clásico maridaje para las gambas
Clásicamente, el maridaje más obvio entre el vino y las gambas es con un vino blanco. Por ello, seleccionar un vino como un Ijalba Blanco Crianza es una apuesta segura para acompañar las gambas. Un vino blanco vivo y aromático es el complemento perfecto para las gambas.
Lo que nos queda claro es que, con las gambas, el vino blanco está a la orden del día, preferiblemente con una buena viveza. Por ser fresca y afrutada, la variedad de uva Sauvignon Blanc es la que más se busca.