¿Qué son los percebes?
Los percebes son unos crustáceos muy raros y apreciados, con un aspecto "aterrador", pero realmente deliciosos, que en España, especialmente en Galicia, son una institución.
Se trata de una subclase de crustáceos que tienen una característica bastante peculiar: viven aferrados a los arrecifes o a las rocas flotantes o sumergidos en aguas marinas, gracias a una parte de su cuerpo llamada "pedúnculo", que les permite adherirse a la superficie rocosa.
Su forma y aspecto son igualmente característicos y a menudo se describen con términos como "monstruoso" o "aterrador", porque la estructura del crustáceo recuerda a los dedos de un animal.
Un plato de percebes acompañado de un vino blanco
A la hora de maridar un plato de percebes con un vino, lo primero que hay que tener en cuenta es su estructura. Hemos visto que los crustáceos tienen una carne blanca con un sabor delicado, por lo que una de las mejores combinaciones son los vinos blancos, como el Viña Ijalba Tempranillo Blanco, que posee una estructura media que conserva intacta la fragancia varietal.
Desde el punto de vista gustativo las principales características de la carne del crustáceo son un ligero dulzor, ligeros recuerdos marinos y una buena persistencia aromática.
A la hora de maridarlos, elegiremos blancos con un perfil refinado y elegante, con una bella frescura y una buena longitud. Un Sauvignon Blanc fresco, sabroso y ligeramente aromático será siempre una opción acertada.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir maridaje para los percebes
La cuestión es tan crucial como siempre. Con un ingrediente tan refinado, el maridaje adecuado se convierte en algo fundamental para el éxito total.
Sería un verdadero fracaso maridar con un vino equivocado el plato de percebes y desperdiciar todo lo bueno que podría resultar de realzar sus sabores con el vino adecuado.
El maridaje ideal para los percebes debe tener en cuenta su dulzura típica. Por ello, un buen vino blanco puede ser la mejor solución, sobre todo si es lo suficientemente floral y suave como para no opacar el sabor del marisco.
El caldo Ijalba Blanco Crianza puede ser el vino adecuado, con su elegancia innata y sus características notas de flores silvestres y manzanilla.