Sopas y cremas en compañía de un buen vino
Para lograr un buen maridaje entre las sopas o las cremas y el vino, lo primero que debemos considerar son los ingredientes de la receta. De esta forma, podemos decir si el plato muestra un sabor fuerte, suave, especiado, picante, o cualquier otra nota dominante que pueda emparejarse con el caldo de la uva.
Algunas veces el maridaje correcto está en los ingredientes centrales de las sopas. Por ejemplo, si llevan carnes rojas o pescado, el vino que se sugiere es tinto o blanco, según el caso. Para ayudarte a encontrar la combinación ideal, te dejamos un par de recomendaciones muy prácticas.
Si es una crema suave, vino blanco o rosado
Si la sopa o crema es de verduras o pescado, lo ideal es servirla junto a un vino blanco suave, joven, fresco. Así armonizará perfectamente con el plato, sin opacarlo. Ahora bien, cuando la receta incluye pastas, es preferible elegir uno rosado con un poco más de intensidad aromática, como el Carchelo Rosé, delicado y elegante.
En el caso de las sopas y cremas con champiñones o arroces asopados, especialmente si llevan pescado, la sugerencia es un vino blanco con algo de crianza. Como el Tobía Selección de Autor Blanco, fresco, redondo y aromático.
Si es una sopa fuerte, vino tinto
¡Así es! Si las sopas o cremas ofrecen un sabor más contundente, se sirven con un buen vino tinto. Para empezar, si el ingrediente central es la carne, un joven, muy aromático es lo ideal.
Si además lleva embutidos, el caldo para acompañarlo debe ser Crianza, para que sus aromas y sabor tengan la estructura que se requiere. En este caso, recomendamos el vino tinto Grand Mare, con 8 meses en barrica y atesoramiento submarino.
Aunque por otra parte, si el plato es picante, con un fuerte sabor especiado, el maridaje perfecto se lograría con un vino blanco, de preferencia joven, elaborado con uvas Chardonnay o Sauvignon Blanc.