Ten cuidado, que no te engañen.
“Antaño” era típico ofrecer queso antes de tomar un vino, pues el queso ya en nuestra boca disimula las deficiencias que pudiera tener un vino y de su dudosa calidad, por ejemplo, si el vino no hizo bien la segunda fermentación maloláctica en entre otras.
Recuerdo cuando era un adolescente y cuando aún no probaba el vino, que estuve acompañando a mi padre en pueblo de la Rioja catando vinos en distintas bodegas familiares y en todas se nos ofrecía algo para picar, queso o algún tipo de embutido, antes de tomar el vino. La verdad es poder picar alguna tapa junto a un buen vino es gloria bendita, sin embargo mi padre no comía nada y solo bebía y en una de las bodegas le dijo al dueño: “ojo, este vino se te está perdiendo y picando” a mi se me quedo grabada esta escena y ahora entiendo mejor el dicho.
¿Era un detalle y/o te la querían dar con queso?
Dicho esto, bien es sabido que el maridaje del queso y el vino es perfecto. Hay una regla genérica pero no absoluta para el mejor maridaje entre queso y vino: a mayor crianza o curación del queso mayor crianza del vino y a menor curación del queso menor crianza del vino.
¡OJO!
Esto es una regla básica, pero no es ciencia absoluta.
Por eso yo siempre animo a probar y experimentar. Prueba los quesos que mas te gusten con los vinos que te apetezcan y así vas a descubrir tus maridajes perfectos, yo es algo que hago a menudo.
Para que lo puedas hacer te ofrecemos una pequeña gama de vinos (unas 500 referencias para elegir).
¡EL QUESO LO PONES TU Y NOSOTROS EL VINO!