¿Qué son los vinos aromáticos?
Aunque no está muy clara su definición, se puede expresar que son vinos que se diferencian de los demás por poseer recalcados y enfatizados perfumes florales. Estos aromas se suelen encontrar en unos tipos específicos de uvas, siendo su principal diferencia del resto.
En su mayoría son vinos blancos, aunque en ocasiones es factible encontrar algunos tintos. Esas fragancias que se encuentran en estos vinos provienen de flores como el jazmín, las violetas, el azahar, las rosas o flores blancas.
Esto se debe a que las flores y los vinos aromáticos contienen niveles elevados de múltiples células denominadas terpenos. Ellas son las encargadas de esos perfumes tan agradables.
¿Qué uvas se emplean en estos vinos?
Por lo general, en la producción de estos vinos se emplean uvas reconocidas como lo son las Riesling, que aportan aromas florales, aroma a miel y a limón. Igualmente, se usan otras variedades de uva como el Albariño propio de Galicia, las Loureiro, la Moscatel o las Gewurtztraminer.
¿Cómo se clasifican los vinos blancos aromáticos?
Los vinos blancos aromáticos se dividen según la cantidad de azúcares residuales que se le agregan. Dentro de la clasificación se encuentran:
Los vinos blancos secos tienen menos de 5 gramos por litro, los abocados contienen entre 5 y 15 gramos por litro, los semisecos tienen entre 15 y 30, los vinos blancos semidulces entre 30 y 50 y los dulces mayores a 50 gramos.
En general, los azúcares residuales que se le agrega a estos vinos provienen en su mayoría del mosto. Sin embargo, en algunos casos es necesario añadirlos de forma manual, ya sea en formato de mosto concentrado o a través de productos similares.