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El vino blanco dulce destaca porque tiene un sabor que abraza el paladar delicadamente. Los amantes de esta bebida saben apreciar su elaboración y características especiales. Aquí encontrarás los mejores vinos blancos dulces con los que disfrutar en comidas y reuniones informales.
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Los mejores vinos blancos dulces surgen del uso de uvas maravillosas, afrutadas y muy florales como son la Moscatel, la Malvasía o el Verdejo, entre otras. Por tanto, estos vinos fueron creados para disfrutar de todos los aromas que desprenden.
Entendiendo que los vinos blancos llevan consigo características como brillante, intenso o sabroso, tienen en sí una exuberancia de aromas que los vuelven únicos. Para que puedas disfrutar de todas estas características, te recomendamos el siguiente:
Destaca por ser un vino dulce exquisito de antigua tradición riojana. Está elaborado con las variedades de uva Viura y Garnacha. Se trata de una edición limitada que no querrás dejar de probar.
Dentro de la clasificación de vinos blancos, sabemos que todos tienden a ser frutales con aromas penetrantes. Sin embargo, la mayoría destaca por ser de carácter seco, lo que significa que su contenido de azúcares es bajo. Aun así, puedes encontrar vinos deliciosos y de gran calidad que sean dulces.
Los vinos blancos dulces son una excelente opción para disfrutar en una reunión informal con amigos o en una comida importante. Son un gran aperitivo a los platos principales y son el acompañante ideal de un buen postre.
Por lo general, para poder elaborar un buen caldo con aditivos dulces y ligeros es indispensable seguir una serie de pasos correctos para poder lograr el resultado esperado. Deben ser muy minuciosos y seguidos al pie de la letra si se espera conseguir ese aroma y sabor característico de este tipo de vinos.
El primer paso que se debe cumplir es escoger la variedad de uvas que se van a emplear en el proceso, luego se debe seguir con el paso del despalillado, es decir, separar las uvas de los racimos.
El siguiente paso es el estrujado, aquí la idea es extraer la mayor cantidad de jugo posible. Luego se continúa con el proceso de prensado, para posteriormente pasar a la fermentación alcohólica, después viene la maduración y llegamos a la crianza del vino blanco en barrica.
En los últimos pasos ya solo queda encargarse de la estabilización del vino para ser filtrado, envasado y llegar a la crianza en botella.
Por su carácter y sabor, funciona perfectamente como un aperitivo previo a una comida o cena. Sin embargo, es un vino el cual cuenta con un maridaje amplio. Su combinación es perfecta son alimentos como:
Pescados y mariscos, carnes blancas como el pollo o el pavo, ensaladas, quesos, arroces, sushis y por sobre todas las cosas los postres.
Estos vinos destacan sobre todas las cosas por tener un cuerpo muy ligero, que además es muy aromático y floral. En su contenido cuentan con una acidez dócil y sutil que está muy equilibrada y brinda una sensación maravillosa de suavidad y holgura.
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