¿Qué es un vino natural?
Un vino natural es aquel que se ha obtenido de una uva a la que se le ha permitido crecer de forma casi espontánea, con una intervención prácticamente nula. Al cosecharse y llevarse a las bodegas, se comienza con un proceso de elaboración del caldo, manteniendo esta filosofía que respeta el valor de lo natural.
Estos vinos cuentan la historia y tradición de la tierra que los vio nacer, llevan en su sabor un sello que deja ver que han sido cultivados y criados con una práctica amigable con el medio ambiente. Como herencia, dejan una tierra renovada, sanada.
En vista de que llevan un trabajo más artesanal, su elaboración es mucho más exigente y en la mayoría de los casos se trata de vinos de edición limitada.
Incluso muchos de los mejores vinos de autor han nacido de esta fórmula, gracias a que sus sabores, colores y aromas, los diferencia enormemente del resto, prometiendo ser un buen “lienzo para el artista”.
Características del vino natural
Para que un buen vino sea considerado como natural, es necesario que se rija por ciertas condiciones donde se enfatiza que la forma de obtención de la uva y el proceso de fermentación y crianza han sido poco o nada intervenidos.
La tierra donde se cultivan los frutos no es tratada con fertilizantes ni insecticidas industriales, además se realiza la vendimia a mano. Cuando llega el momento de la fermentación, se utilizan las levaduras que pertenecen a la misma uva, sin agregar bacterias adicionales.
Ya adentrado el proceso, el caldo se mantiene lo más natural posible, evitando a toda costa corregir los taninos, azúcares, acidez o cualquier otra característica propia de un vino natural tinto, blanco o rosado.
El resultado es un caldo de colores vivaces, vibrantes, con un aroma salvaje y fresco. Su sabor suele ser juguetón, dejando entrever el toque de frutas, pero invitando al paladar a pasear por otras posibilidades. Son ligeramente más ácidos y con menor grado de alcohol. ¡Magníficos!
¿Qué diferencia tiene el vino natural y los ecológicos?
Para diferenciar un vino ecológico de uno natural hay que comenzar por decir que son muy parecidos, casi hermanos. Sin embargo, existe un detalle en el que definitivamente difieren.
A pesar de que sus métodos de preparación son muy similares y ambos se muestran altamente respetuosos con la naturaleza, el segundo es un vino natural sin sulfitos añadidos. Es decir, que no se agrega anhídrido sulfuroso en ningún momento de su crianza.
Por el contrario, los vinos ecológicos o biodinámicos usan una pequeña cantidad de este compuesto para estimular la fermentación.
Sin embargo, muchas bodegas trabajan con ambas filosofías de manera simultánea, separando las cosechas y ofreciendo ambos tipos de vinos.
Elaboración de un vino natural
Para elaborar un vino natural se comienza por trabajar el cultivo de forma ecológica y respetuosa. Para evitar las plagas, se utilizan otras plantas que por sus propiedades naturales ahuyentan a las mismas, como la manzanilla. Además, se abona con compost natural, preferiblemente hecho en la misma finca.
Del mismo modo que en la agricultura biodinámica, se respeta el calendario lunar para la obtención de uvas que han madurado a su ritmo y ofrecen sabores únicos. Así mismo, se respeta el ritmo del proceso de fermentación y crianza, sin estimulaciones artificiales que alteren lo natural del caldo.
Llegado el momento, una vez que ha obtenido el caldo, no se emplean sustancias químicas para ajustar sus sabores. De esta forma el vino que se presenta es un verdadero regalo de la naturaleza.